jueves, 25 de noviembre de 2010

El efecto Mozart, música para bebés

La expresión “Efecto Mozart” se refiere a los efectos beneficiosos que puede producir a las personas escuchar las melodías del compositor W. A. Mozart. Durante la década de 1990 en Estados Unidos surgieron varias investigaciones y libros de divulgación basados en el famoso “Efecto Mozart”.

Este efecto se vio que podía beneficiar a los bebés, ya desde el útero materno, pero no de cualquier manera: se suponía que la música de Mozart los hacía más inteligentes. Se llegó a estas conclusiones desde diversos frentes, que pasamos a analizar y a desvelar si realmente está comprobado el “Efecto Mozart”.

¿Qué tiene Mozart que no tengan los demás?

Ha habido muchas pruebas con música de otros compositores que no dieron los mismos resultados que Mozart, salvo excepciones.

Los beneficios de la música, en especial algunas piezas de Mozart, podrían deberse a las pulsaciones por minuto que tiene, y a las frecuencias altas de los instrumentos, ya que cambian el estado del cerebro (especialmente en aquellas zonas relacionadas con el hemisferio derecho, donde radican las funciones espacio-temporales) y lo hacen más receptivo.


La música de Mozart con respecto a la de otros compositores posee unas propiedades distintivas: los sonidos de sus melodías son puros, precisos, son sonidos altamente armónicos y los ritmos, las propias melodías, la métrica, el tono, el timbre y las frecuencias de su música parece que estimulan el cerebro humano, activando nuestras neuronas.

No toda la música de Mozart produce estos efectos: parece ser que la que consigue mayor incidencia a nivel cognitivo es la que posee frecuencia alta, como la Sonata para Dos Pianos en Re Mayor (también conocida como K448) o los Conciertos para Violín 3 y 4.

Dos investigadores estadounidenses, Huges y Fino, sometieron un amplio rango de música al análisis por ordenador, incluyendo a Mozart, Bach, Chopin y otros 55 compositores. Lograron encontrar una repetición periódica de ciertas ‘ondas musicales’ a largo plazo (una media de 30 segundos) presente en Mozart y en dos piezas de Bach.

Otros estudios recientes han encontrado que un compositor actual, el músico griego Yanni, produce música ‘New Age’ con rasgos similares a ciertas composiciones de Mozart en ritmo y melodía y que también ha mostrado efectos similares sobre las habilidades espacio-temporales de quienes la escuchan.

Todos estos componentes presentes en la música de Mozart influyen en la concentración, la atención y la memoria, y en el proceso del aprendizaje. Pero, ¿nos hace mas inteligentes?

Los antecedentes: el método Tomatis

El efecto Mozart se popularizó en los años 90, pero ya en la década de 1950 un autor empezó a investigar acerca de los beneficios de la música clásica. Alfred Tomatis fue el que acuñó el término “efecto Mozart”. Estudió durante 40 años los efectos de la música en el cerebro, desarrollando el método Tomatis, del que también os hemos hablado.

Alfred Tomatis utilizó las melodías del compositor austríaco para tratar patologías de diferente índole en niños y adultos discapacitados. Su trabajo fue reconocido por la Academia de las Ciencias y Medicina de Francia, y actualmente existen centros de tratamiento Tomatis en Estados Unidos, Europa y América Latina. Además existe un libro donde el científico explica las bases de su investigación.

Pero una cosa son los beneficios terapéuticos de la música y otra muy distinta que la música nos haga más inteligentes. Además, los aparatos que emplean en las audiciones terapéuticas los centros del método Tomatis son muy específicos y filtran la música para llegar a las ondas hertzianas deseadas para el paciente, distintas según los casos.



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